sábado, 11 de junio de 2016

IMPORTANCIA DE LAS FRUTAS

 
La importancia de comer fruta

La recomendación de los expertos en nutrición y dietética habla de consumir un mínimo de 400 g. diarios de fruta, lo que se traduce en, al menos, unas 3 piezas diarias.
Pero, ¿por qué nos resulta tan incómodo o pensado comer la fruta que necesitamos diariamente? Tal vez puede ser que nos cuesta pelarla, porque se estropeen fácilmente, o porque no quepan en el bolso… Pero no existe excusa ante unos alimentos indispensables para nuestra salud.

Por poner sólo algunos sencillos ejemplos, las frutas son alimentos reguladores y activadores de las funciones vitales, además de protectores. Son ricos en vitaminas, minerales y fibra, además de micronutrientes esenciales.

Esto ayuda a combatir los radicales libres, los cuales son responsables de los daños celulares que, en ocasiones, pueden ser irreversibles.

Eso interiormente, porque a nivel exterior, la fruta también nos ayuda a cuidar la piel, el pelo, las uñas… Y lo que es aún mejor, contienen poquísimas calorías.

CUALES SON LOS NUTRIENTES


FORMAS DE ALIMENTARSE BIEN


POR QUE ALIMENTARSE BIEN

 (Las ventajas de una buena alimentación.)
¿Qué es una buena alimentación?
Al hablar de una buena alimentación hay que tener en cuenta que se hace referencia a aquella que es equilibrada, integrada por nutrientes, vitaminas, proteínas, lípidos; en la cual se consumen frutas, verduras, carbohidratos, proteínas, etc. de una manera moderada y equilibrada, logrando así que la ingesta satisfaga las necesidades del ser humano, es decir, que le provea las herramientas necesarias para su correcto desarrollo tanto físico como mental, para evitar enfermedades y permitirle realizar actividad física.
La buena alimentación debe darse a lo largo de toda la vida. En los primeros años de vida depende pura y exclusivamente de los padres ya que son los encargados de la alimentación de sus hijos. A partir de que el niño tiene la posibilidad de comprar sus propios alimentos, la responsabilidad pasa a ser compartida entre los padres y el niño, y el adulto es quien debe enseñarle al pequeño qué alimentos puede y debe consumir, y cuáles no. Es importante que en estas dos etapas el niño tome consciencia de lo que es conveniente consumir y lo que no, ya que va a ser la base de referencia para su futura alimentación.